domingo, 28 de noviembre de 2010

Canciones para el gusto de la gente


El motivo del encuentro pasado, en los ya clásicos jueves literarios que organiza la editorial Mil Botellas en el Centro Cultural Islas Malvinas, fue la presentación del libro Canciones argentinas 1910–2010 (Planeta, 2010). Sergio Pujol, historiador y ensayista especializado en más de un género de música popular, se encargó de tamaña labor.
Una recopilación que reúne un siglo de canciones argentinas, sumado al requisito de que resulten icónicas en el ajetreo de las generaciones. Desde ya que no es tarea fácil, más aún cuando el espíritu y la esencia nacional acechan, o los límites en la cantidad de páginas para cada ensayo frenan el entusiasmo al hablar sobre una canción elegida.
O incluso, saber que más de un mito o acontecimiento fundante para cada género musical, puede quedar afuera por el escollo del “todo”.
Sin embargo, pese a tantos retos, Martín Graziano y Gustavo Varela, dos de los presentadores que acompañaron en la mesa al autor, coincidieron en que la selección les había resultado además de reveladora, fundamental.
Apropósito de aprobaciones y opiniones, el escritor y filósofo Gustavo Valera, compartió una anécdota sobre su amigo Iván, el verdulero que recibió en un sobre a su nombre, el libro de Pujol. El verdulero luego de leer buena parte del libro, aconsejó: “decile al autor que a este libro le falta chamamé”, convirtiéndose en uno de los primeros lectores en discutir la larga serie de canciones que comprende el ejemplar, ordenadas por intervalos de tiempo y a través de los soportes tecnológicos que les dieron expansión masiva.
De la vitrola y la radio, a los video clips y la pantalla plana, pasando por el Wincofón, el long play y el álbum, “del tango orillero a Lisandro Aristimuño”, según Martín Graziano, escritor y periodista. A su vez, Graziano agregó que “es el libro que siempre estuvimos esperando”.
Sergio Pujol contó a continuación los propósitos que tomó como punto de partida para afrontar la selección y escritura de la obra. “A pesar de la apariencia de texto académico, no me plegué a las etapas metódicas que sí necesita un estudio de investigación”, refirió el autor. “Me basé más en el género ensayo y en cuidar un tono de escritura que apareció recién avanzado el libro y que una vez emprendida la corrección pude unificar”. Otro punto que consideró fue el de ir al compás de la historia. Se propuso realizar un esfuerzo de lo que significa el peso mismo de un tema en el imaginario colectivo, más allá del afecto y gusto propio a la hora de elegir. Y sumó también la intención de liberar a los autores y compositores populares “de los entre paréntesis con que sus nombres figuran bajo los títulos de las canciones”, recobrar su valor protagónico, “eclipsado por el estrellato de los cánones”, dijo Pujol.
A la pregunta desde la mesa sobre aquello que quedó fuera, respondió: “debo reconocer que he sido bastante injusto con las provincias cuyanas, no hay tonadas, y también como dijo el amigo de mi amigo, con el chamamé”, confesó Pujol. Y una cuestión más que notó como dificultad fue “hallar otra cosa que no sea rock a partir de los años ´70, sinceramente no encontré nada, tal vez, hubiese reunido un tema de Horacio Guaraní pero opté por no incluirlo. Con todo respeto, al lado de Falú–Dávalos, Yupanqui o los hermanos Simón, no es un referente importante”.
El próximo jueves, el ciclo de encuentros continúa con la presentación de la novela policial Calibre .45 del escritor y periodista Martín Malharro, un título que se suma al catálogo de la editorial Mil Botellas. El autor será acompañado en el estreno de la novela por el periodista Ricardo Ragendorfer, como siempre, a las 19. 30hs. y en el auditorio del Centro Cultural Islas Malvinas.

Sofía Silva
Foto: Delfina Magnoni
Nota publicada en el diario Diagonales el domingo 28 de noviembre de 2010.

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